CerdoCast #206 - Instalaciones y ventilación: Claves para máxima productividad porcina - Dr. Gustavo Lima

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El desafío ambiental en la porcicultura moderna

La porcicultura actual enfrenta una transformación silenciosa pero crítica: el aumento del calor metabólico de los animales y la mayor densidad por metro cuadrado en las granjas. Los cerdos de engorde modernos generan hasta un 30% más de calor que generaciones anteriores, y las cerdas hiperprolíficas producen camadas más numerosas, lo que incrementa la carga térmica en maternidad y gestación.

En este contexto, la ventilación natural que durante años fue suficiente ya no responde a las nuevas exigencias. Granjas construidas bajo parámetros antiguos se ven superadas, generando ambientes con estrés térmico, baja conversión alimenticia y mayor mortalidad. La conclusión es clara: las instalaciones deben rediseñarse para que la ventilación se convierta en un pilar estructural de la productividad.

Diferencias regionales en instalaciones y ventilación

El análisis de sistemas en distintos países muestra contrastes importantes. En Estados Unidos, los galpones mantienen diseños similares desde hace más de tres décadas, con edificios climatizados y cerrados, preparados para enfrentar amplitudes térmicas extremas que van de –40 °C a +40 °C. En cambio, en Brasil, Argentina y Paraguay, los climas tropicales y subtropicales han favorecido históricamente la ventilación natural, aunque en los últimos 15 años se observa un viraje hacia proyectos mecanizados, con ventilación forzada y galpones más anchos y largos.

En Argentina, por ejemplo, se desarrollaron tempranamente instalaciones de modelo europeo, más angostas y con ventilación cruzada en sitio 1, mientras que en Brasil predominan diseños inspirados en el modelo americano, con maternidades de hasta 30 metros de ancho y gestaciones longitudinales. Estos cambios evidencian que no existe un único modelo, pero sí una tendencia clara: los proyectos nuevos de gran escala ya no incluyen ventilación natural.

 

De la ventilación mínima al túnel: un estándar técnico

Un punto crítico es comprender que la ventilación no puede verse como un sistema parcial. El diseño debe contemplar tres fases integradas:

  • Ventilación mínima: asegurar oxigenación y remoción de gases aún en invierno, evitando excesos de frío.

  • Ventilación de transición: manejar los puntos intermedios de temperatura, garantizando homogeneidad del aire y evitando corrientes bruscas.

  • Ventilación túnel y enfriamiento evaporativo: operar en condiciones de calor extremo, combinando cambios de aire en 30 segundos y velocidades de 1 m/s en maternidad y más de 2 m/s en engorde.

Ignorar alguna de estas fases genera ambientes inestables: exceso de humedad, acumulación de amoníaco o incapacidad para disipar el calor. Como señaló el experto, “sin mínima, transición y máxima, la instalación no anda”.

 

Instalaciones a prueba de futuro

Otro aspecto clave es la hiperprolificidad. Las cerdas actuales exigen jaulas de maternidad más largas y anchas, capaces de alojar camadas de 14 o 15 lechones sin comprometer la ventilación transversal. A nivel de gestación, los proyectos modernos buscan edificios más compactos, con pasillos amplios y recorridos optimizados para el manejo de hembras. En engorde, la tendencia es hacia instalaciones mecanizadas y con enfriamiento complementario, evitando que el calor acumulado comprometa el desempeño en animales de más de 120 kg.

El diseño debe anticipar los próximos 20–30 años, ya que el crecimiento genético y productivo es más rápido de lo que se proyectaba décadas atrás. Una granja sustentable no solo debe resistir el presente, sino también adaptarse a las exigencias futuras en eficiencia, bienestar animal y sostenibilidad ambiental.

 

Humedad y confort: el rol de las instalaciones secas

Más allá de la temperatura, la humedad relativa es un factor determinante. El cerdo tolera mejor el calor en ambientes secos, donde la evaporación contribuye a disipar energía. En cambio, galpones húmedos limitan la capacidad del animal para perder calor, generando hiperventilación y gasto energético adicional. De allí la importancia de combinar ventilación mecánica, velocidad de aire y sistemas de enfriamiento (aspersores de gota gruesa o paneles evaporativos) que operen bajo reglas claras: activar solo cuando el aire es seco y la temperatura excede el rango deseado.

 

Conclusión: integrar construcción y ventilación

El mensaje es contundente: la ventilación ya no es un lujo tecnológico, sino un factor productivo central. Diseñar instalaciones que contemplen la densidad real de animales, los parámetros de ventilación mínima, transición y túnel, y el control de humedad es la única vía para sostener la productividad en granjas modernas.

 

 

Conoce al invitado

Gustavo Lima, es Ingeniero Zootecnista, MSc. en Nutrición y Producción de Monogástricos y actualmente Doctorando en Ciencia Animal con énfasis en nutrición porcina en Iowa State University, cuenta con una sólida trayectoria en la producción porcina en Brasil y Estados Unidos. Se desempeñó como Supervisor de Servicios Técnicos en Agroceres PIC, donde brindó soporte en manejo de destete-venta, validación de productos y modelos de crecimiento, asesorando sistemas con más de 350.000 hembras en Brasil y Argentina. Hoy, trabaja como consultor independiente en nutrición y producción de cerdos, con especialización en ventilación, control ambiental, estadística y nutrición porcina, aportando una visión integral y actualizada sobre los desafíos técnicos del sector.

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