
CerdoCast #203 - Hembras hiperprolíficas: ¿Cuál es el verdadero límite? - MSc. Leandro Hackenhaar
El avance genético ha permitido alcanzar niveles históricos de prolificidad en las hembras reproductoras. No es inusual encontrar planteles con promedios de 30 a 35 lechones destetados por cerda/año, e incluso sistemas en Europa que superan los 40. Sin embargo, este potencial productivo no está exento de desafíos. La pregunta ya no es cuánto podemos producir, sino cuánto podemos sostener sin comprometer la salud, el rendimiento y la rentabilidad del sistema.
A continuación, se describen los pilares clave para un manejo técnico eficiente de hembras hiperprolificas:
1. Más lechones no siempre significa mayor rentabilidad
En sistemas de ciclo completo, como los predominantes en Latinoamérica, el objetivo debe ser maximizar la producción de carne por cerda más que simplemente aumentar la cantidad de nacidos. Lechones con bajo peso, alta variabilidad y mayor mortalidad comprometen el desempeño en fases posteriores, elevan los costos y afectan la eficiencia global del sistema.
El concepto de trade-off productivo cobra relevancia: camadas muy numerosas pueden traducirse en menor peso al nacimiento, mayor incidencia de natimortos y mayor presión sobre la cerda durante la lactancia.
2. Factores que determinan el éxito reproductivo
El potencial genético es solo el punto de partida. La expresión fenotípica deseada depende del ambiente y manejo. Entre los factores críticos se destacan:
- Genética adecuada: aunque hoy existen líneas hiperprolificas con gran potencial, su expresión depende del entorno de manejo.
- Sanidad y bioseguridad: sin un estatus sanitario estable y protocolos sólidos, cualquier inversión genética o nutricional pierde impacto.
Condición corporal: un aspecto frecuentemente subestimado. Tanto el sobrepeso como la excesiva pérdida de condición generan efectos negativos en reproducción y longevidad.
3. Estrategia nutricional “High – Low – High”
El enfoque nutricional basado en las etapas de la gestación puede optimizar la condición corporal y el desempeño productivo:
- Primer tercio (High): en hembras flacas, se aumenta el aporte energético para recuperar condición.
- Segundo tercio (Low): se reduce la oferta, priorizando mantenimiento y evitando sobrepeso.
- Tercer tercio (High): aumento progresivo para acompañar el crecimiento fetal, priorizando que los nutrientes provengan del alimento y no de las reservas corporales.
Este enfoque permite no solo mejorar el peso al nacimiento, sino también reducir pérdidas estructurales (tejido magro), clave para la longevidad de la cerda.
4. Rol de la fibra y la formulación periparto
El diseño de dietas durante el periparto es esencial para optimizar el parto y la viabilidad neonatal:
- Fibra estructural: Reduce la constipación, libera espacio intraabdominal y facilita el parto.
- Fibra fermentable: Mejora el comportamiento durante la gestación, reduce estrés y favorece la salud intestinal.
- Ajustes electrolíticos: Modificaciones en el balance anión-catión favorecen la liberación de calcio y mejoran las contracciones uterinas.
- Precursores de óxido nítrico: Sustancias como la arginina o compuestos alternativos pueden mejorar la perfusión uterina, reduciendo la incidencia de lechones natimortos.
Este enfoque permite no solo mejorar el peso al nacimiento, sino también reducir pérdidas estructurales (tejido magro), clave para la longevidad de la cerda.
5. Calostro: el punto de quiebre entre potencial y fracaso
Aunque mejorar la calidad del calostro vía aditivos es posible, el manejo sigue siendo el principal factor determinante.
En camadas numerosas, los primeros lechones nacidos tienden a monopolizar el calostro. Sin intervención, los últimos nacidos quedan en clara desventaja inmunológica y energética.
Estrategias como la rotación de lechones, control de tiempos de succión y atención al parto permiten distribuir equitativamente el calostro, mejorando la viabilidad global de la camada.
6. Monitoreo objetivo: uso del caliper en granja
El monitoreo de la condición corporal no debe quedar sujeto a criterios subjetivos. Herramientas como el caliper ofrecen una alternativa sencilla, económica y confiable para estandarizar la evaluación de reservas corporales y facilitar decisiones nutricionales.
Incluir mediciones regulares, al menos cada 2 semanas, permite actuar a tiempo en la corrección del estado corporal y reducir variabilidad entre lotes.
Conclusión
La hiperprolificidad es una realidad instalada en la producción porcina moderna, pero exige una mirada integral. No se trata solo de aumentar el número de lechones nacidos, sino de asegurar que estos sean viables, pesados y con potencial de desempeño.
Un manejo adecuado de la nutrición, el calostro, la condición corporal y la formulación periparto permite transformar el potencial genético en kilos de carne, de forma sostenible y rentable.
Conoce al invitado
Leandro Hackenhaar, Ingeniero Agrónomo egresado de la Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiroz (ESALQ‑USP, Brasil), posee además una Maestría en Nutrición Animal por la Universidad de São Paulo (USP). Actualmente se desempeña como Global Technical Lead en Cargill Animal Nutrition, liderando estrategias de investigación, desarrollo y formulación para la producción porcina a nivel global.
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