CarneCast #87 - Sincronización bovina: ¿Fertilidad garantizada o riesgo productivo? - MSc. Horacio Butler

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La sincronización como herramienta clave en la reproducción bovina

La Inseminación Artificial a Tiempo Fijo (IATF) se consolidó como una de las tecnologías reproductivas más efectivas en bovinos de carne. Su éxito radica en la posibilidad de sincronizar la ovulación, concentrar servicios y mejorar la eficiencia del manejo reproductivo en rodeos extensivos. Sin embargo, detrás de los buenos resultados, persisten interrogantes sobre la sostenibilidad de los protocolos hormonales, el impacto de la condición corporal de las vacas y los desafíos regulatorios internacionales que comienzan a condicionar la práctica.

Evolución de los protocolos hormonales

Los primeros esquemas se basaban en el uso de dispositivos intravaginales con progesterona y la administración de estradiol benzoato. Estos protocolos, tras 7 a 9 días de tratamiento, incluían la aplicación de prostaglandina y, posteriormente, estradiol para inducir la ovulación. Con el tiempo se ajustaron las combinaciones para simplificar el manejo y reducir encierres, incorporando el uso de cipionato de estradiol y, en determinadas categorías, gonadotrofina coriónica equina (eCG/PG600), lo que permitió mejorar las tasas de preñez especialmente en vacas en anestro o con condición corporal limitada.

Una innovación práctica fue la implementación de la pintura lumbosacra, que facilita detectar hembras en celo previo a la IATF. Aquellas que pierden más del 50% de la pintura reciben una dosis adicional de GnRH, lo que ha demostrado incrementar la fertilidad en hembras sin celo hasta en un 8%, aunque sigue siendo inferior a la fertilidad de las vacas que expresan celo de manera natural.

 

Impacto de la condición corporal y la pubertad

El estado corporal es un factor determinante. En vacas con condición inferior a 2,5 puntos, la respuesta a protocolos sin eCG puede ser limitada, alcanzando apenas 35–40% de preñez, mientras que con eCG se incrementa hasta un 10% adicional. No obstante, esta solución es considerada por muchos técnicos como un parche transitorio, ya que no corrige el trasfondo nutricional que condiciona la reproducción.

En vaquillonas, la pubertad es otro eje crítico. Estudios han mostrado que animales con apenas 200 kg de peso (muy lejos de la pubertad) alcanzaron un 50% de ovulación inducida, mientras que aquellas con 270 kg lograron un 90% de respuesta. Estos datos demuestran que la sincronización permite sumar hembras al servicio que de otro modo serían descartadas. En un caso práctico, más de 700 vaquillonas fueron incorporadas a la reproducción gracias a protocolos de inducción, marcando un cambio productivo tangible.

Sin embargo, surgen cuestionamientos: ¿hasta qué punto forzar la pubertad con hormonas es sostenible en el tiempo? Existen indicios de que la programación fetal y la nutrición materna durante la gestación impactan en la pubertad y fertilidad futura de la progenie, lo que obliga a replantear la estrategia a largo plazo.

 

Regulaciones y futuro de la IATF

El avance de normativas internacionales representa un desafío creciente. El estradiol ya se encuentra prohibido en países como Estados Unidos y restringido en la Unión Europea, lo que condiciona la exportación de carne. Aunque científicamente se ha demostrado que las dosis utilizadas en protocolos de IATF no representan riesgos para la salud humana, la barrera regulatoria actúa como un freno comercial más que sanitario.

De igual forma, el uso de eCG de origen animal enfrenta cuestionamientos desde Europa bajo la óptica del bienestar animal, lo que acelera la búsqueda de alternativas recombinantes. Estos cambios obligan a los sistemas productivos a evaluar protocolos sin estradiol y a considerar nuevas moléculas que puedan reemplazar a las tradicionales.

 

Un punto de inflexión para productores y técnicos

Los datos muestran que la sincronización y la IATF han transformado la reproducción bovina, aportando mayor eficiencia, concentración de preñeces y mejor aprovechamiento del rodeo. No obstante, los productores y asesores deben asumir que las hormonas no reemplazan el manejo de base: nutrición, condición corporal y programación fetal siguen siendo los pilares que sostienen la fertilidad a largo plazo.

La verdadera oportunidad está en combinar protocolos bien diseñados con un manejo integral, anticipando además los cambios regulatorios que marcarán la competitividad en los próximos años.

 

 

Conoce al invitado

Horacio Butler es Médico Veterinario egresado de la FCV-UBA en 1979, con formación de posgrado en Sanidad Bovina (UNMDP-INTA Balcarce) y en Reproducción Bovina (INTA Balcarce, 1980-1986). Fue docente en Fisiología de la Reproducción (FCA-UNMDP-INTA, 1982-1988) y en Teriogenología en FCV-UBA (1991-1994), además de árbitro en la Revista de AAPA y Taurus. A lo largo de su carrera, ha desarrollado investigaciones sobre control del ciclo estral, anestro posparto, protocolos de sincronización e IATF, y fue responsable del diseño de un dispositivo intravaginal para IATF. Es socio fundador y gerente de Sincrovac SRL, donde asesora en manejo sanitario y reproductivo de bovinos de carne en diversas provincias argentinas. Actualmente centra su trabajo en Buenos Aires y Córdoba, liderando proyectos de investigación aplicada con laboratorios y participando como disertante en jornadas y cursos especializados (FCV UNCPBA).

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