Desafíos ocultos: La detección de celo en las cerdas durante el verano

campus porcino

La dependencia de la inseminación artificial en la producción porcina moderna ha intensificado la necesidad de una detección de celo precisa para realizar la inseminación en la ventana óptima de fertilización. Los errores en la detección de celo e inseminación se traducen en un bajo desempeño reproductivo (Imagen 1).

Imagen 1. Representación esquemática de la presentación del celo y la ovulación en cerdas usando un verraco adulto para la detección de celo.

La detección del celo en cerdas se basa en la observación de cambios de comportamiento y signos físicos, y se confirma con la prueba de presión dorsal en presencia de un verraco . El verraco desempeña un rol crucial al proporcionar estímulos sexuales, principalmente a través de feromonas en su saliva, los cuales desencadenan la manifestación del estro en la cerda (Imagen 2).

Imagen 2. Detección de celo mediante confirmación del reflejo de inmovilidad en la cerda realizar el test de presión dorsal (TPD) en presencia del verraco.

Sin embargo, durante el verano y el otoño, la eficiencia reproductiva de las granjas enfrenta desafíos significativos debido al anestro y el pseudoanestro estacional. La disminución de las horas de luz y las altas temperaturas alteran la fisiología hormonal de las cerdas, reduciendo la secreción de gonadotropinas esenciales para el celo. A su vez, el estrés por calor afecta la calidad seminal de los verracos y su libido, disminuyendo su capacidad de estimulación olfativa a las cerdas. 

El anestro estacional es un periodo de subfertilidad temporal caracterizado por la inactividad ovárica, mientras que en el pseudoanestro, las hembras son cíclicas pero sus celos no son detectados debido a que los signos típicos de estro son menos evidentes o están ausentes. 

La ausencia de celo (anestro) o la incapacidad para detectarlo (pseudoanestro) se traduce en intervalos destete-celo prolongados, aumento de los días no productivos, bajas tasas de inseminación, bajas tasas de preñez y repetición de celos. Además, la inseminación de cerdas fuera de la ventana óptima de fertilidad que se produce como consecuencia del desconocimiento del momento del estro en que se encuentra la cerda, genera una reducción del número de lechones nacidos. Todo esto conlleva importantes pérdidas productivas y económicas para las granjas porcinas, además de problemas de manejo y de personal que se producen como consecuencia de la presentación de repeticiones de celo cíclicas y acíclicas, retrasos en la pubertad y el descarte de hembras calificadas erróneamente como acíclicas (Falceto et al., 2004; De Rensis et al., 2017; Knox, 2024). Por estos motivos, optimizar la detección de celo durante el verano se vuelve crítico para salvaguardar la eficiencia reproductiva de las granjas.

 

 

Referencias bibliográficas:

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