
Del mixer al comedero: Claves para una mezcla uniforme
En un sistema de engorde a corral, lograr que cada animal reciba una dieta equilibrada, todos los días y en todos los corrales, no es un detalle menor: es una condición esencial para alcanzar buenos índices de conversión, evitar trastornos digestivos y sostener el ritmo de engorde.
El proceso no termina con la formulación sobre papel. La precisión en la carga, el orden de incorporación de los ingredientes y la eficiencia del mezclado definen si esa dieta pensada por el nutricionista es realmente la que llega al comedero.
Una rutina que marca la diferencia
La preparación de la ración es, junto con la lectura de comederos, una de las tareas diarias más críticas del feedlot. Para lograr mezclas consistentes y evitar errores, es fundamental:
- Usar mixers en buen estado, sin desgastes excesivos, con cuchillas afiladas y sin “zonas muertas” (sectores dentro del equipo donde el material no circula bien y queda sin mezclar).
- Contar con balanzas calibradas, que aseguren precisión en la carga de cada ingrediente.
- Registrar cada lote de ración mezclado y su correspondencia con la formulación prevista.
La meta es clara: la dieta que recibe el corral 1 debe ser idéntica a la del corral 2, y así sucesivamente. Esa consistencia es la base para sostener el consumo, prevenir fluctuaciones y mantener la salud digestiva.
Orden de carga: más que una cuestión práctica
Una mezcla homogénea no se logra solo por agitar el contenido. El orden en que se agregan los ingredientes al mixer tiene un impacto decisivo en la distribución final de nutrientes. Aunque cada sistema debe adaptar el orden según su escala y los ingredientes disponibles, existen principios técnicos clave:
- Fibras largas o henos (si se utilizan): deben cargarse primero. Tienen baja densidad y, si se agregan al final, flotan y no se integran correctamente.
- Granos procesados y suplementos secos (premezclas, núcleos proteicos, urea): su tamaño de partícula y densidad similares favorecen su mezcla temprana, asegurando una buena distribución de los microingredientes.
- Subproductos secos (cascarilla, expeller, afrechillo): se incorporan a continuación.
- Mezcla intermedia: dejar mezclando entre 1 y 3 minutos para asegurar homogeneidad entre los ingredientes secos.
- Ingredientes húmedos (silajes, burlanda, vinaza): se agregan después de que los ingredientes secos ya están integrados, para evitar que encapsulen partículas más finas.
- Líquidos (melaza, vinaza líquida): si se utilizan, se incorporan al final para no interferir en la mezcla.
Este orden favorece la incorporación adecuada de ingredientes críticos —en especial los de baja inclusión— antes de que entren materiales más pegajosos o con alta humedad.
Tiempo y carga: dos variables que no se negocian
No solo importa el orden: también es clave respetar el tiempo de mezclado y la carga óptima del mixer.
- No sobrecargar: Lo ideal es no superar el 75% de la capacidad nominal del equipo.
- Tiempo mínimo de mezclado: En dietas con ingredientes húmedos o líquidos, se recomienda no menos de 8 minutos. La mezcla debe comenzar con los ingredientes secos y continuar después de agregar los húmedos o líquidos.
Si se va mezclando a medida que se carga, con 4 minutos después del último ingrediente cargado suele ser suficiente. De todas formas la recomendación hoy es hacer una prueba de mezclado ya que no todos los mixer ni todas las mezclas se comportan de la misma forma.
¿Cómo saber si estamos mezclando bien?
Una mezcla visualmente uniforme no siempre es suficiente. Algunas estrategias de monitoreo recomendadas:
- Realizar muestreos aleatorios en distintos puntos del comedero y entre corrales.
- Evaluar la mezcla mediante el análisis de tamaño de partículas con herramientas prácticas disponibles.
- Una buena práctica es medir nutrientes que sólo estén presentes en un ingrediente (por ejemplo, el núcleo), haciendo al menos 5 muestras por viaje y un mínimo de 4 viajes para obtener un promedio confiable.
Establecer rutinas de control junto con el nutricionista permite detectar errores y ajustar prácticas.
Detalles que suman
- Revisar la humedad de los ingredientes: ajustar la formulación según el contenido real de materia seca mejora la precisión de la dieta.
- Minimizar las pérdidas previas al mezclado: las pérdidas de materia seca por manipulación, evaporación, derrames o deterioro antes de que el alimento llegue al mixer pueden pasar desapercibidas, pero afectan directamente la precisión de la dieta y representan un costo económico relevante.
- Diseño del patio: facilitar un recorrido lógico del mixer permite respetar el orden de carga sin comprometer la eficiencia operativa.
Conclusión
Preparar la ración en un feedlot no es simplemente “mezclar ingredientes”. Es una operación crítica que define la eficiencia alimenticia, el estado sanitario del rodeo y la rentabilidad del sistema.
Un diseño funcional del patio de comida, un mixer bien operado, un orden de carga planificado y tiempos de mezclado adecuados marcan la diferencia entre una dieta formulada y una dieta realmente entregada.
Bibliografía:
- Oelberg, T., & Stone, W. (2014). Monitoring TMR Mix Quality. Feed Management Magazine.
- Provimi (2021). Orden de carga de ingredientes en dietas de feedlot. Tecnews Provimi.
- Watts, P. J. et al. (2016). Beef Cattle Feedlots: Design and Construction. Meat & Livestock Australia.
- Feedlot Forum Proceedings. (2010). Iowa State University.
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