Biotoxinas en la porcicultura: El enemigo invisible que compromete el desempeño de los cerdos

En el entorno productivo, los cerdos están constantemente expuestos a biotoxinas, compuestos tóxicos de origen biológico que incluyen endotoxinas, exotoxinas y micotoxinas. Estas sustancias son producidas por bacterias y hongos presentes en los ingredientes del alimento, especialmente bajo condiciones de alta humedad, almacenamiento inadecuado o materias primas contaminadas (Andretta et al., 2012). Aunque muchas veces pasan desapercibidas, las biotoxinas pueden causar inflamaciones intestinales, sobrecarga hepática, alteraciones hormonales y disminución de la inmunidad, comprometiendo silenciosamente el rendimiento zootécnico de los animales.

Entre estas sustancias, las micotoxinas se destacan como uno de los principales riesgos para la productividad en las granjas porcinas. Producidas por hongos como Fusarium, Aspergillus y Penicillium, afectan el sistema digestivo, reproductivo e inmunológico de los animales (Pierron et al., 2016). Incluso en concentraciones consideradas “bajas”, las micotoxinas actúan de forma sinérgica, potenciando sus efectos negativos: el llamado “efecto cóctel”.

Un estudio realizado en Francia evaluó el impacto de bajas dosis de micotoxinas (desoxinivalenol y zearalenona) en 160 lechones en la fase posdestete (Guillou et al., 2020). Los resultados mostraron que, aun con contaminaciones equivalentes a solo 47% de los límites máximos recomendados por la Unión Europea, se observaron alteraciones significativas en la función hepática y en los parámetros reproductivos de las lechonas hembras. La enzima alanina aminotransferasa (ALAT), marcador de sobrecarga hepática, aumentó un 20%, indicando un esfuerzo adicional del hígado para neutralizar las toxinas. Además, la hiperestrogenia causada por la zearalenona provocó un aumento promedio del 24% en el tamaño de la vulva de las lechonas hembras, un signo clínico asociado a disfunciones hormonales que pueden comprometer el desempeño reproductivo.

Estos resultados refuerzan que incluso bajos niveles de micotoxinas pueden causar perjuicios productivos y fisiológicos. Sin embargo, la suplementación con un complejo protector de biotoxinas demostró ser eficaz para mitigar los daños. Los lechones que recibieron el aditivo presentaron mejor eficiencia alimentaria (P<0,05), además de una tendencia (P<0,15) a mayor peso vivo final (Guillou et al., 2020).

Más que simples adsorbentes, los nuevos protectores de biotoxinas combinan agentes físicos de captura con compuestos funcionales que estimulan las defensas naturales, promueven la detoxificación hepática y reducen el estrés oxidativo. Ingredientes como bentonita, prebióticos derivados de levaduras, betaína y polifenoles naturales actúan en sinergia para neutralizar micotoxinas y endotoxinas, preservando la integridad intestinal y la salud del hígado.

En la práctica, esto se traduce en animales más saludables, mejor aprovechamiento de los nutrientes y mantenimiento del desempeño productivo, incluso en situaciones de contaminación subclínica. La adopción continua de soluciones que actúan sobre el amplio espectro de biotoxinas representa una inversión directa en eficiencia y seguridad alimentaria, protegiendo el potencial genético de los cerdos y la rentabilidad de las granjas.

Referencias bibliográficas

• Andretta, I., Kipper, M., Lehnen, C. R., Hauschild, L., Vale, M. M., & Lovatto, P. A. (2012). Meta-analytical study of productive and nutritional interactions of mycotoxins in growing pigs. Animal, 6(9), 1476-1482.
• Guillou, D., Lemoine, N., & Bournazel, M. (2020). Reduction of hyper-oestrogenism symptoms with anti-toxin supplement in piglets receiving low levels of zearalenone and other mycotoxins in their feed. Journées Recherche Porcine, 52, 179-180.
• Pierron, A., Alassane-Kpembi, I., & Oswald, I. P. (2016). Impact of mycotoxin on immune response and consequences for pig health. Animal Nutrition, 2(2), 63-68.